El calor del área grande


03 de marzo de 2023

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por Ariel Scher

Tres tardes y dos mediodías después de que una última y mala derrota empujara hacia el descenso al Deportivo Muchas Cosas, el supergerente del club decidió que ya nada sería como hasta entonces. Lo dijo: «No nos pasó lo que nos pasó porque los volantes erraron demasiados pases. Nuestro mayor fracaso fue político. Nos quedamos en el tiempo y quedarse en el tiempo sólo garantiza perder». Aún cubiertos por el polvo de la tristeza, muchos socios no intuyeron que ese palabrerío presagiaba novedades. Las hubo: al otro día, el supergerente se reunió con un ganadero y le alquiló una de las áreas grandes de la vieja cancha del equipo.

Fue así que, en nombre de una modernidad presunta, el Deportivo Muchas Cosas se estrenó en los caminos de los torneos del ascenso con un campo de juego que en una de las áreas grandes a veces tenía ovejas, a veces desbordaba maíces y a veces ofrendaba la imagen de un cosechero que repartía abono en el punto del penal. «Es un éxito —contó el supergerente—, la economía creció gracias al ingreso del alquiler y el equipo es invencible porque ningún rival se acostumbra a jugar salteando el área grande».

Acaso porque ciertos amores hacen cerrar los ojos o porque la condición humana es vulnerable al éxito, los hinchas se entusiasmaron. Y todo marchó sin rupturas hasta que una mañana que amagaba templada trajo la renuncia de un socio antiguo. «Me gusta ganar y no soy conservador —confesó el hombre—, pero, aunque yo no me daba cuenta al principio porque me cegaban los triunfos, lo del área grande representa entregar la esencia. Sé que está naturalizado que todo vale para llegar a alguna parte. Pero yo me levanté esta mañana y sentí que todo no vale. Así que me voy».

Contra cualquier ilusión romántica, la iniciativa del socio antiguo no tuvo muchos seguidores. Unos pocos, apenas, despabilados por ese gesto, sumaron sus renuncias. Pero, pese a no lograr la adhesión de la mayoría, no se rindieron. Inclusive, crearon otro club. Lo llamaron Deportivo Algunas Cosas. «Es un poco para recordar de dónde venimos y otro poco para explicar nuestras carencias», detalló uno de los fundadores. Tal vez anduvieran entre carencias. Pero seguro tenían dos cosas: un área grande preciosa y una identidad que no se negocia. Un supergerente, en cambio, no les hacía falta.

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