Un grito en el desierto. El tipo de la radio me lo cuenta con la mano derecha apoyada sobre el auricular para mantener el retorno. La boca pegada al micrófono para narrar otro momento épico del fútbol argentino. La mirada fija al campo de juego, con ayuda de unas gafas, mientras los hinchas revolean banderas y sus camisas por encima de las cabezas. El Lusail es celebración pura. Hierve. Argentina campeona del mundo después de 36 años. Y EL relator se despide.

????? Así cerró la transmisión @VHMok. El más grande relator de la historia coronaba con estas palabras una jornada soñada por todo el pueblo argentino. pic.twitter.com/kXdWqcufS6

— ® Σ |_ Δ ? Φ ® Σ § (@Relatoresconvos) December 18, 2022

"Da mucho gusto haber estado aquí", enuncia la voz que en México 1986 también dijo presente para una gesta inolvidable. Aquella vez de la mano (de Dios) de Diego Maradona. Hoy, en Qatar, de la mano de Lionel Messi, o el Messias, como le gusta llamarlo. 

La mano derecha no se mueve del auricular. La izquierda dibuja expresiones con el dedo índice. Un mechón blanco se mueve al compás de las palabras. EL relator prosigue. Le da gracias al fútbol. Por las transmisiones, por los Mundiales, por el Diego y por Messi. Nosotros, los oyentes, los que estamos del otro lado, también agradecemos porque nadie nos relató con tanto detalle el gol de Maradona a Grecia en Estados Unidos 1994, ninguno nos emocionó hasta las lágrimas con la definición fantástica de Caniggia contra Brasil en Italia 1990 o nos arrancó una sonrisa de oreja a oreja con el gol de Julián Álvarez a Croacia, luego de una jugada fantástica de Messi. Ni hablar si mencionamos la tarde mágica de Diego contra Inglaterra en México 1986. Está fuera de lo normal. Porque en pleno estadio Azteca sólo él vio que la cabeza del "10" no llegó a impactar la pelota, sí su mano, y porque no conforme con ello se empeñó en estar a la altura de la gran obra de arte maradoniana para el segundo grito. De cuando "Pelusa" dejó tanto inglés en el camino y el país fue un puño apretado gritando por Argentina. El día que el "Barrilete Cósmico" conquistó el fútbol con el "Gol del Siglo". Esa proeza Maradoniana va acompañada, irremediablemente, con su relato. No hay manera de separarlos. 

Y así como fue justicia que Messi obtuviera su foto tan anhelada con la Copa del Mundo, lo mismo resultó con la vuelta de Víctor Hugo a un estadio para relatar un partido mundialista. Muchas veces intentaron dejarlo fuera de juego, pero no se desanimó, lo intentó una y otra vez, al estilo Messi, hasta que regresó y lo hizo con otra Copa del Mundo bajo el brazo.

En el campo del Lusail de Doha, una multitud disfrutaba del paso triunfal del crack rosarino, camino a recibir la Copa del Mundo. En Buenos Aires y otras partes del mundo, los oyentes escuchaban con atención cada palabra del Relator de sus vidas en la despedida mundialista. Gracias Víctor Hugo, es lo tuyo, fue EXTRAORDINARIO, ¿de qué planeta viniste?