El ídolo de Boca juniors, Juan Román Riquelme, ahora en su puesto de vicepresidente segundo, logró esta noche el sueño de ver a su equipo el próximo 4 de noviembre a las 17 jugar la final de la Conmebol Libertadores ante el conjunto local Fluminense en el mítico estadio Maracaná.

Quizás en su noche más feliz como dirigente de la comisión directiva que preside Jorge Ameal, quiso vivir su momento con varios de los ex futbolistas que dirigen las divisiones menores en el nuevo "segundo hogar" del "Torero", el Predio de Ezeiza.

Después del gesto de apoyo a sus futbolistas luego de la caída el domingo en el superclásico, fue al vestuario a saludar al plantel y al cuerpo técnico, arribo anoche a San Pablo con sus compañeros de todos los días y hoy volvió a arengar a los futbolistas auriazules en el hotel.

Más allá de divergencias en los últimos tiempos con el entrenador Jorge Almirón, alguien que siempre quiso que fuera el DT de su club, estuvo con las palabras justas para apoyar al técnico en un partido que era determinante para su futuro y del año futbolístico.

Esta alegría llega en el momento que más lo necesitaba para darle el apoyo a su gestión a dos meses de las elecciones en el club y que de no haber llegado a la final de la Copa, le hubiese abierto la puerta a las criticas de las listas opositoras.

El ídolo de 45 años que como jugador gano 1 copa Intercontinental, 3 Copas Conmebol Libertadores, 5 títulos locales y 1 Copa Argentina, tendrá el próximo 4 de noviembre la gran oportunidad de coronarse como dirigente campeón de su Copa más deseada, la Copa Libertadores.

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