Una noche fría y un combate inolvidable

La noche fría neoyorquina del 7 de diciembre de 1970 había quedado grabada en la historia del deporte argentino. Aquel día Oscar Bonavena, el entrañable Ringo, acarició la gloria luego de mojarle la oreja nada menos que Muhammad Ali, el boxeador más grande de todos los tiempos, en el mismísimo Madison Square Garden.

El propio Ali recién volvía a los cuadriláteros después de que le quitaran el título mundial de los pesados por haberse negado a ir a la guerra de Vietnam.

El contexto y lo que estaba en disputa

Aquella noche en Nueva York no había una corona mundial en juego: pelearon por el título vacante de la Federación Norteamericana de Boxeo. La Argentina se paralizó para ver el combate.

El campeón despojado cayó en el noveno round pero sucedió por su propio impulso y no por un golpe certero de Ringo, que ya sabía que perdería por las tarjetas.

El último asalto y el desenlace

Cuando comenzó el 15° y último asalto Bonavena decidió quemar las naves y Ali lo capitalizó: así lo derribó tres veces y lo derrotó por nocaut técnico.