Denuncia de la medallista olímpica Eugenia Bosco a su exentrenador por abuso sexual
10 de enero de 2025
El maltrato comenzó cuando Bosco tenía solo 12 años y entrenaba en el Yacht Club de Olivos.
Inicio del calvario a los 12 años
La regatista María Eugenia Bosco, conocida por ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, denunció a su exentrenador Leandro Tulia por abuso sexual. Los hechos ocurrieron cuando Bosco tenía 12 años y entrenaba en el Yacht Club de Olivos.
Presentación judicial
Bosco presentó la denuncia ante la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género (UFE Género) de Vicente López, a cargo de Lida Osores Soler. La denuncia revela no solo los abusos sufridos por Bosco, sino también un posible patrón de conducta por parte de Tulia.
Revelaciones en entrevista
En una entrevista, Bosco compartió detalles de los abusos sufridos mientras navegaba en la categoría Optimist. "Tenía 11 o 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par de años que lo pude ver", confesó.
"Yo tenía 12 años, no estaba al control de la situación"
— Todos Los Videos (@losvideosok) January 10, 2025
La medallista olímpica Eugenia Bosco reveló que fue abusada por su exentrenador, señaló que pasó por "mil etapas de vergüenza" y afirmó: "No lo vas a poder sacar nunca de adentro tuyo, pero podés convivir con eso" pic.twitter.com/z31pDXNW7g
Desbloqueo del recuerdo
Bosco recordó que el recuerdo bloqueado se desbloqueó al ver el documental "Atleta A" en Netflix. "Se me desbloqueó el recuerdo y pensaba: ‘Esto me pasó a mí’", relató.
Ubicación de los abusos
Los abusos ocurrieron en la vivienda de Tulia dentro del Yacht Club de Olivos. Bosco y otros chicos se quedaban a dormir allí durante los fines de semana.
Comentarios sexuales y manipulaciones
Bosco también recordó los comentarios sexuales y las manipulaciones de Tulia. "Cuando hablas con gente de otros clubes o cuando creces, te das cuenta de que había cosas que no estaban bien", reflexionó.
Confianza de los padres
La confianza de los padres de los niños también fue vulnerada. "Mis padres confiaban en esta persona y en el club. Ellos creían que sus hijos estaban seguros", enfatizó Bosco.
Punto de inflexión
Tras su regreso de los Juegos Olímpicos de París, Bosco, con 27 años, tomó la valiente decisión de denunciar. "La noche anterior no paraba de llorar", confesó. Al presentar la denuncia, sintió una profunda liberación y sanación.
Bosco expresó que el proceso fue liberador y sanador. "Desde ahí me sentí poderosa", expresó.