El círculo virtuoso del deporte: escuela, club, federación y universidad


19 de abril de 2022

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Por Emiliano Ojea

Desde mis columnas anteriores compartí pensamientos con una mirada crítica general de los desafíos del deporte argentino. Propongo que se pase al debate de propuestas concretas.

En este sentido, haciendo un repaso de los últimos 20 años de las políticas deportivas, podríamos destacar -entre los años 2003 y 2015- la recuperación de los Juegos Nacionales Evita; la creación del ENARD y el nacimiento y crecimiento del Deporte Universitario como los proyectos que más perduraron y -aún con vaivenes- se consolidaron. Además, hubo logros como la sistematización de las becas para las y los deportistas, o programas como las Escuelas Deportivas Argentinas, que permitieron la expansión, federalización y desarrollo de algunos deportes.

Luego, el deporte argentino fue cambiando de estructuras, pero careció de propuestas que muestren una planificación acordada con las provincias y las federaciones; de hecho desde el año 2015 que no se reúne al Consejo Nacional del Deporte, órgano de debate establecido por todas las leyes del deporte, que no se aplican. Lo que si fue sucediendo, fue la devaluación de cada uno de los programas debido a la pérdida de presupuestos e inversión en el deporte, sobre todo en los años 2016-2019.

Por eso, el hecho de estar hoy en un piso tan bajo, es una oportunidad para renacer y construir un camino ascendente y un futuro posible.

Desde mi punto de vista, mirando el mapa federal de expansión y desarrollo del deporte, para consolidarnos como sistema, es necesario fortalecer cada una de las cuatro etapas fundamentales de la vida deportiva que, en conjunto, forman lo que llamo el “círculo virtuoso del deporte”: la escuela, el club, la federación y la universidad. Y pensar a estos, como los cuatro pilares esenciales del deporte, que entre sí se retroalimentan y generan movilidad social ascendente en nuestra sociedad, y no como meros compartimientos estancos. 

Ya hablaremos más detalladamente de la importancia y el potencial de cada uno de estos cuatro pilares en las próximas columnas, pero aquí buscare dejar plasmada la visión general de por qué pensar al deporte desde este círculo virtuoso.

El deporte en la escuela: Partimos de la concepción de que “el deporte es un derecho” y el único garante de este es el Estado ¿Cómo? ¿Dónde? Con las clases de Educación Física obligatorias en todas las escuelas primarias y secundarias de la República Argentina, incluso en el nivel inicial. Es allí, donde la niña, niño o adolescente tienen su primer contacto con el juego, la recreación, la actividad física y el deporte.

Debemos revincular al deporte con el sistema educativo, ya que, si queremos una política deportiva articulada, tenemos que pensarla con relación a la educación que reciben en la escuela primaria y secundaria. Hoy el niño o la niña y adolescente que encuentra su pasión en lo deportivo, pocas veces la encuentra en la escuela, ya que la mayoría se limita apenas a cumplir con el programa de Educación Física preestablecido. No existe una respuesta para la y el estudiante que quiera incursionar en el mundo del deporte o que muestra precozmente habilidades innatas.

No basta que les enseñemos un abanico de deportes, sus reglas y los practiquen. Necesitamos pensar cómo fomentar su vocación por ser deportistas, con espacios de participación, encuentro y competición propios del deporte escolar. Obviamente la respuesta no puede estar solamente dentro de la estructura escolar existente –por sus limitaciones edilicias, presupuestarias o de capital humano–, nuestro desafío es apostar por la articulación: vincular la escuela con los clubes, con los centros de desarrollo y de alto rendimiento, con las federaciones, en definitiva, con todas las instancias y ámbitos deportivos posibles. Un niño o una niña con vocación por el deporte no deja de ser una persona en formación.  

Por eso la respuesta no es sacarlos de las escuelas para que hagan deporte, sino incluir más deporte en las escuelas, allanarles un posible camino, fortalecer aquello que les apasiona y darles mejores herramientas para realizarse como personas. Y luego, si junto a su familia elige querer más deporte, decidan ir a un Club.

Los clubes de barrio: El segundo eslabón de este “círculo virtuoso del deporte” se trata de uno de los ámbitos de socialización principales de las comunidades. Los clubes de barrio generan identidad, sentido de pertenencia, inciden en la formación de los individuos y son un lugar de convivencia. Son cuna de democracia y participación.

En ellos, niñas, niños, jóvenes, familias, adultos mayores, juegan al fútbol, nadan, practican hockey, ajedrez y una variedad de deportes innumerables, también están los que mantienen viva la tradición de las bochas o el pato o simplemente los que lo tienen como su lugar preferido para pasar los días.  

Son la base del deporte y uno de los eslabones más importantes en la estructuración del deporte argentino, ya que no solo alberga a quienes practican deportes, sino que contiene familias, amistades, vínculos sociales, fomenta una vida social y democrática.

Quienes consideramos que en los clubes transcurre una parte imprescindible de la vida social y deportiva de las personas, estamos convencidos que es imprescindible apoyarlos desde todos los niveles. Insistimos con la necesidad tanto de fortalecer la formación dirigencial como de sostener una capacitación permanente.

Indudablemente el desafío de los clubes es que las y los deportistas puedan contar con una infraestructura adecuada (canchas, playones, gimnasios, piletas, circuitos, etc) especialmente construidos para que, en ellos, tanto deportistas amateurs como deportistas profesionales puedan desarrollar sus actividades de una forma más eficiente y cuidada, tanto para entrenar como para competir. 

Las federaciones deportivas son el tercer actor esencial en la formación de las y los deportistas. Y no me refiero únicamente a consagrados, sino también a aquellos deportistas que están iniciando sus carreras o simplemente quieren potenciar su práctica deportiva. A nivel mundial son una pieza clave, ya que su misión es regular y organizar el deporte al que representan. Así, en Argentina contamos con federaciones como la Confederación Argentina Taekwondo (CAT), la Asociación Argentina de Tenis (AAT) y la Unión Argentina de Rugby (UAR), entre otras, adheridas cada una a su Internacional.

El rol de estas instituciones es fundamental para el desarrollo de los diferentes deportes en todo el país, desde planificar competencias a nivel local, provincial, regional y nacional, hasta organizar las selecciones argentinas que nos representan a nivel internacional en el alto rendimiento deportivo. Desde elegir el cuerpo técnico para las selecciones nacionales, hasta coordinar a las y los árbitros y planilleros.

El rol de las federaciones es fundamental para el sistema deportivo, como lo es el del Comité Olímpico Argentino y la Confederación Argentina del Deporte como autoridades superiores. Debemos fortalecer el trabajo profesional del deporte, incorporar mayores elementos del marketing deportivo y de la industria del deporte. El Estado, por supuesto, tiene por delante un gran desafío. El apoyo a las federaciones va a ser lo que incline la balanza. Sin presupuesto, sin articulación, los proyectos y metas comunes no pueden llegar a buen puerto. 

La universidad es el cuarto elemento del círculo virtuoso del deporte. Estudiar una carrera universitaria, realizar cursos, aprender oficios, son todas posibilidades que cualquier deportista puede considerar cuando termina el secundario obligatorio y su carrera deportiva comienza a acelerarse. Argentina cuenta con un Sistema Universitario público, federal y de calidad, único en el mundo por su gratuidad universitaria. En cada centro urbano hay una sede universitaria con una oferta académica, o con un terciario. Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos como país es ¿Tenemos una política deportiva que fomente la formación de deportistas a la par que están haciendo su carrera profesional? La respuesta es que eso está en plena construcción y crecimiento.

Hace 10 años un grupo de universidades fundamos la Federación del Deporte Universitario Argentino- FEDUA- por un lado promovemos el deporte universitario generando espacios deportivos en cada Universidad y de competencia interuniversitaria como los Juegos Universitarios Argentinos. Y por el otro, promovemos el programa Doble Carrera, que busca que todas y todos los deportistas estudien una carrera de educación superior a la par que desarrollan su carrera deportiva.

Acompañar el proceso deportivo de la mano de una formación académica, estar en un entorno universitario, con amigos, estudiantes, profesores, ideas y otros temas de conversación –por afuera de lo estrictamente deportivo– genera múltiples beneficios para el y la deportista. Por eso junto a la diputada nacional Gisela Marziotta presentamos un proyecto de ley por Doble Carrera y mas de 20 Universidades Nacionales ya lo tienen incorporado al programa por su Consejo Superior.

Experiencias concretas nos demuestran que este es el camino, como la de jugadoras de la selección de vóley femenino, “Las panteras”. O el ejemplo más visible de Paula Pareto que es médica o Santiago Lange que es ingeniero. La implementación del programa Doble Carrera es pura decisión política y de gestión, no de presupuestos.

La propuesta es que no solo debemos medir el éxito de una política deportiva en cantidad de medallas, sino también en que proyecto de vida le estamos ofreciendo a las y los deportistas. Estoy seguro que una sociedad conformada por deportistas que estudian y se forman profesionalmente, será una mejor sociedad.

Si como país podemos fortalecer cada uno de los elementos que se entrelazan en el círculo virtuoso del deporte, no solo aumentaremos la cantidad de deportistas profesionales sino que mejoraremos cualitativamente su rendimiento y bienestar.

Es necesario que el Estado esté presente y les destine recursos a las y los deportistas antes de su consagración y que su presencia no se dé recién cuando la gloria los abraza. El camino no lineal del círculo virtuoso aquí propuesto, es un camino posible y distinto al actual. Hacia allí empujamos en este desafío de construir un mejor deporte argentino.

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Emiliano Ojea 
TW @emiojea
Presidente de Federación del Deporte Universitario Argentino @FeDUArgentina.
Comité Ejecutivo de International University Sports Federation @FISU
Consejero del Comité Olímpico Argentino @prensaCOA
Autor del Libro: Jugar en Equipo. Deporte+Educación=Movilidad Social Ascendente

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