Juego


30 de noviembre de 2022

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por Ariel Scher

1) Ahora, en el corazón de la ciudad, alguien se calza un gorrito celeste y blanco, camina hasta una esquina donde llueven aguas y felicidades y se empapa con un sinceramiento de Julio Cortázar: "Cuando era pequeño, estaba jugando y mi madre venía, me decía: '¡Bueno, vamos, que tenés que bañarte, comer!' Yo la miraba y pensaba: los grandes son tontos. ¿Por qué tiene uno que bañarse y comer si lo importante es terminar este partido? Había una especie de noción de que el juego es una cosa muy seria".

2) Y ahora, cuándo si no es ahora, una tipa se roza las mejillas entintadas de un breve blanco y de un corto celeste, mira por vez doscientos a la certeza cumbre de Julián Álvarez frente a Polonia y le entrega al aire una confidencia de Roberto Arlt: "¿Qué hago de esta vida que hay en mí? Y me gustaría darla. Regalarla. Acercarme a las personas y decirles: '¡Ustedes tienen que ser alegres!, ¿Saben? Tienen que jugar a los piratas. Hacer ciudades de mármol. Reírse. Tirar fuegos artificiales'".

3) Y ahora, cada vez más ahora, un tipo que vive y muere por hablarle a esa tipa, también se pinta un cacho de las mejillas de celeste y blanco, parpadea delante de la repetición del gol de Alexis Mac Allister, por fin llama a la tipa y, bailando por la Selección y por los amores nacientes, le comparte algo de Lewis Carroll y su maravillosa Alicia: "Juguemos a que existe alguna manera de atravesar el espejo".

4) Y ahora, claro que justo ahora, un papá enfundado en una pilcha celeste y blanca, feliz por entero aunque esa felicidad dure un ratito, susurra la última voz del día y, en lugar de un cuento de lobos o de caperucitas, le regala a su criatura una grandeza de Graciela Scheines: "El juego no es una actividad como cualquier otra. Es tan mágica como un ritual, ata y desata energías, oculta y revela identidades, teje una trama misteriosa".

5) Y ahora, como si ahora fuese siempre, uno registra las pequeñas fiestas de las gentes anónimas, marcha hasta una esquina donde llueven felicidades y aguas, siente que Andrés Calamaro le solpa "Paloma" y canta, de celeste y blanco, el canto que le enciende el corazón y los labios: "Porque vivir es jugar y yo quiero seguir jugando".

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