Serían 2.000 las invitaciones destinadas a la hinchada argentina para la gran final del sábado en el templo del fútbol brasileño, en este caso compuesta por residentes en Río de Janeiro y otras ciudades de Brasil, según informó Télam.

El diario brasileño OGlobo había anticipado que la alcaldía de la ciudad de Río de Janeiro estaba evaluando este pedido que presentó la Conmebol. La solicitud llegó hasta la Secretaría de Salud Municipal que fue uno de los organismos que dio el visto bueno junto con la Prefeitura do Rio.

La palabra final dependía este jueves de la alcaldía de Rio de Janeiro, que rechazó la apertura al público en general pero estudia aprobar ingresos con aforo reducido.

"Fue solicitada la posibilidad de permitir un público estricto en el estadio con personas registradas y testadas para Covid-19, garantizando el distanciamiento entre los lugares y con menos del 10% de la capacidad del Maracaná. Se está analizando la solicitud", dijo un comunicado de la municipalidad.

El pedido ya fue aprobado por las autoridades de Conmebol y el gobierno del estado de Río de Janeiro, además de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

Sin embargo, la municipalidad de Río de Janeiro le exigiría a la Conmebol ítems que serían de difícil cumplimiento, como el horario de entrada diferente, sectores separados, caminos alternativos, y un distanciamiento que asoma como impracticable.Para cumplir con todas estas reglamentaciones se debería alterar un decreto municipal que impide la presencia de público en los estadios. Cabe destacar que en la final de la Copa Libertadores el mencionado decreto aún no existía.

La final se desarrollará el próximo sábado desde las 21 y sería el único de todo el torneo con público en las tribunas. Cabe destacar que Brasil se convirtió en organizador de emergencia del torneo luego de que Argentina y Colombia, los anfitriones originales, quedaran descartados en medio de complicaciones sanitarias y sociales.