El entrenador argentino debutó junto a su hermano Gustavo al frente del seleccionado paraguayo con un tropezón ante Chile, en Asunción, donde cayó por 1 a 0 en el encuentro de la decimo tercera fecha de Eliminatorias Sudamericanas, y manifestó que es su "responsabilidad darle una alegría a los hinchas", tras la reprobación generalizada que bajó de las graderías del estadio Defensores del Chaco al término del juego.

"Mi obligación y mi responsabilidad es hacerme cargo de este momento del seleccionado y darle una alegría a los hinchas paraguayos para que se vayan contentos de la cancha", explicó el mellizo Guillermo en la conferencia de prensa pos partido.

"El encuentro tuvo a dos equipos que carecieron de volumen de juego y dentro de ese panorama Chile se terminó llevando los tres puntos en una jugada de pelota parada", analizó el ex entrenador de Boca Juniors.

Posteriormente defendió la inclusión en el equipo del ex San Lorenzo, Ángel Romero, el mellizo jugador que tiene a cargo junto a su hermano Óscar, y al respecto sostuvo que aquel "tuvo coraje y determinación para jugar este partido pese a la inactividad que arrastra porque no tiene club".

Y finalmente, ante la consulta de un periodista local respecto de los pedidos de "que se vayan todos" que bajaron de las tribunas una vez consumada la derrota que sigue alejando a Paraguay de instancias de clasificación mundialista, remarcó que "en este poco tiempo de trabajo se intentó darle al equipo un sentido ofensivo para ganar partidos, pero en esta oportunidad eso no se pudo lograr".