Perder y después de perder


23 de noviembre de 2022

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por Ariel Scher

1) Aunque los expertos en su obra aseguran que jamás le dio bola al fútbol y que, muchos menos, imaginó que alguna vez habría un Mundial en Qatar, el filósofo alemán Friedrich Nietzsche ya avisó en 1881 y en "Aurora. reflexiones sobre los prejuicios morales: "Las cosas más simples son las más complicadas, por mucho que ello nos asombre".

2) Aunque despotricó contra el fútbol como si se tratara de un enemigo y a pesar de que su inquietud por lo árabe estuvo bastante más ligada a las magias de "Las mil y una noches" que a los equipos que obtenían victorias asombrosas, Jorge Luis Borges anticipó el extraño comienzo de martes argentino en una línea: "Sentí, como otras veces, la tristeza y la sorpresa de comprender que somos como un sueño".

3) Aunque parecía dominar cada secreto de los partidos y lo demostró en centenares de episodios como entrenador del Real Madrid o de la selección yugoslava, el serbio Vujadin Boskov nunca dijo que el suyo era un conocimiento idéntico al de la ciencias exactas y por eso parió la más célebre de sus frases: "Fútbol es fútbol".

4) Aunque le tocó respirar y también morir en una edad llena de espantos y de desencantos -espantos y desencantos más bravos que un mal debut en un Mundial-, al francés Antoine de Saint-Exupery nada lo hizo desmentirse de una expresión que le permitió esquivar la tentación de rendirse y que puede ayudar cuando el pasto huele a derrota: "Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua".

5) Aunque construyó sus libros sin interrumpir la escritura para jugarse un picadito, el portugués José Saramago marcó un camino acaso útil para las horas en que se pierden duelos claves y se fugan series invictas: "La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva".

6) Aunque a veces cueste todo porque la existencia y el fútbol desafinan y aunque perder en una cancha frente a Arabia Saudita transparente déficits y no figure en ningún plan celeste y blanco, hay ocasiones en las que, tanto en la vida como en el césped, no queda otro remedio que abrazarse al Flaco Spinetta y pelear por lo que habita al futuro: "Mañana es mejor".

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