El deporte universitario argentino


06 de julio de 2022

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Por Emiliano Ojea

Para construir un proceso a mediano y largo plazo para un mejor deporte argentino, necesitamos políticas que prioricen la formación permanente tanto de deportistas como de entrenadores y dirigentes, es decir, apostar a generar un entramado virtuoso de construcción deportiva, que genere una movilidad ascendente del deporte. 

Hoy me detendré en el Deporte Universitario, el último eslabón de lo que llamo “Círculo Virtuoso del Deporte Argentino” (ya hemos hablado del deporte en la Escuela, los Clubes, las Federaciones); y en la importancia de generar un proceso de formación deportiva que priorice contener a las y los deportistas y no dejarlos librados a su suerte o su espíritu de supervivencia. En ese camino de formación analizaré la experiencia del deporte universitario como un incipiente paradigma en nuestro país, el cual ya está generando nuevas camadas de deportistas, ofrece nuevas competencias deportivas, locales, nacionales e internacionales y promueve la “doble carrera” que busca a través de un trabajo articulado entre Universidades, Clubes y Federaciones Deportivas, que todas y todos los deportistas estudien.

Uno de los desafíos que tiene el deporte con las y los jóvenes, para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad, es evitar limitarse a ser una mera “rutina diaria”, a un tiempo acotado entre semanas, y lograr integrarse transversalmente en la vida de las personas. No son solo las “distracciones”, como pueden ser las redes sociales o los videojuegos, aquello que aleja a los jóvenes del deporte. También son las obligaciones como los estudios, la carrera universitaria y los primeros pasos en el ámbito laboral. Así, el inicio de la vida académica pareciera ser para muchos y muchas jóvenes un nuevo obstáculo para la práctica deportiva. Dedicarle tiempo a los estudios, distanciarse de su grupo de amigos y amigas del secundario y tener que trasladarse a la universidad son algunos de los limitantes a la hora de seguir haciendo actividad deportiva. Sin embargo, de la mano de un Sistema Universitario federal y de la fundación de Universidades Nacionales públicas y gratuitas en cada centro urbano del país, el deporte encontró un vínculo virtuoso con la educación universitaria. 

El deporte universitario en Argentina se remonta casi al origen de las universidades en nuestro territorio. Basta recorrer algunos campus universitarios a lo largo de las 24 provincias para ver la diversidad de actividades que allí se realizan. Sin embargo, muchas de ellas se hacían de forma aislada. En el año 2012, el 22 de noviembre (dia de la gratuidad universitaria) un grupo de Universidades Nacionales, fundamos la Federación del Deporte Universitario Argentino (FeDUA). La FeDUA nuclea universidades públicas y privadas, institutos terciarios y a todas y todos sus estudiantes como principales destinatarios.

Convencidos de que el deporte universitario también es un derecho, aspiramos a llegar a todas y todos los estudiantes universitarios del país. Además, entendemos al deporte universitario como parte importante del sistema deportivo nacional. El primer objetivo que nos planteamos entre coordinadores de deportes y autoridades de las universidades, fue la de trabajar junto a las instituciones que representan al deporte y al sistema universitario: Secretaría de Deportes de la Nación, ENARD, Comité Olímpico Argentino, Confederación Argentina del Deporte, Federaciones Deportivas Nacionales, Secretarías de Deportes provinciales y municipales, Clubes, Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, Consejo Interuniversitario Nacional, Consejo de Rectores de Universidades Privadas y Ministerios de Educación provinciales y sus instituciones de Educación Superior públicas y privadas.

Transformar la realidad deportiva del país, desde el deporte universitario, demandó indudablemente de una planificación estratégica que para llevarla a cabo es requirió de un gran esfuerzo y un trabajo pragmático donde siempre se pusieron como prioridad la conquista de objetivo. Como argentinos hemos pensado muchos proyectos interesantes, pero algunos de ellos, por no tener la capacidad de amalgamar los intereses de los distintos sectores, generando así los consensos necesarios para realizarlos, no lograron su cometido. Nuestro diagnóstico partió de una realidad, no para indagar y estancarnos en el pasado, sino para pensar y tener objetivos claros de cara al futuro. En la gestión deportiva y pública, las mejores ideas son las que pueden ser realizables. Quizá no son las más fáciles de llevar a cabo, pero son por las que uno lucha y milita con pasión, tal y como lo hacemos en FeDUA. Incluir en la planificación y ejercicio del deporte universitario a todos los actores vinculados, hizo que los resultados sean más palpables y sostenidos. Con este ímpetu, en el año 2014 fundamos la principal política pública del deporte universitario, los Juegos Universitarios Argentinos (JUAR), con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación y de la Secretaría de Deportes de la Nación, implementamos una competencia federal, organizando 19 disciplinas deportivas en una primera instancia regional (dividiendo el país en nueve regiones) y luego en una gran final nacional, dando la misma posibilidad de participación a todas las Universidades Nacionales. En estos días, los JUAR están comenzando su séptima edición, con una perspectiva inclusiva y de equidad de género, más de 12.000 estudiantes deportistas podrán disfrutarlos.

A nivel internacional, la Federación Internacional del Deporte Universitario (FISU), organiza desde el año 1949 los Juegos Mundiales Universitarios (conocidos como Universiadas), el segundo evento multideportivo más grande del mundo después de los Juegos Olímpicos. Esta relevancia como fenómeno deportivo en sí, se destaca también porque buena parte de las y los deportistas que compiten allí, llegaron a ser medallistas olímpicos. Con esta impronta de fortalecer la práctica deportiva en las y los jóvenes universitarios, después de varios años, Argentina retomó la participación en las Universiadas de Shenzhen (China) 2011, con una delegación de 7 participantes. Posteriormente, en las ediciones de Kazan (Rusia) 2013, Taipei 2017 y Napoli 2019, el crecimiento de los participantes aumentó exponencialmente, llegando a superar los 250 en las dos últimas citas.

Así como este incremento de participación muestra la importancia que el país le da a este tipo de eventos, cabe remarcar que aún estamos transitando la senda del desarrollo y afianzamiento del deporte universitario tanto a nivel nacional como internacional. Hoy ya hay camadas de deportistas que pasaron y se apropiaron del deporte universitario y que ven en este un proyecto de vida de la mano de la posibilidad de estudiar y hacer deporte de la mano de la doble carrera. 

Con el fin de incentivar dicha interacción entre el deporte y la educación, en el 2016 la UNESCO declaró el 20 de septiembre como el Día Internacional del Deporte Universitario. 
Si pensásemos en la pirámide del desarrollo estratégico que el país podría asumir en materia deportiva, el vértice de dicha figura sería el deporte de alto rendimiento, del cual se ocupa principalmente el ENARD y que a nivel internacional del deporte universitario tiene a los Juegos Mundiales Universitarios. En el centro, por su parte, estaría el deporte federado, el cual podemos entenderlo como el camino hacia el alto rendimiento. A nivel universitario, ya existen Copas Argentinas por Deportes, los Juegos Universitarios Argentinos y los Juegos Universitarios de Playa, cabe destacar que más de 30 Federaciones trabajan con FeDUA para que sus deportes sean incluidos en las universidades.

En la base, está la práctica deportiva y de actividad física de forma recreacional o competitiva como fin en sí mismo. Este pilar está compuesto por todas las manifestaciones del deporte y es lo que le da masividad a la actividad deportiva y mejora calidad de vida a las personas, para ello las Universidades están desarrollando sus proyectos de Campus Saludables. Si bien esta pirámide puede ser esquemáticamente ordenada y lógica, lo fundamental de ella es que sus partes no constituyen compartimentos estancos, sino espacios de retroalimentación, integración y desarrollo. El deporte universitario, por ejemplo, atraviesa este esquema con herramientas como el proyecto “Doble Carrera”, que tiene como finalidad tener una sociedad más saludable y mejor formada. 

Este proceso iniciado en Argentina está en plena expansión, discusión y construcción, buscando afianzarse y crear algo nuevo que aporte a la movilidad social ascendente de nuestra sociedad y sea de gran ayuda para el deporte federal y la educación.

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Emiliano Ojea 
TW @emiojea
Presidente de Federación del Deporte Universitario Argentino @FeDUArgentina.
Comité Ejecutivo de International University Sports Federation @FISU
Consejero del Comité Olímpico Argentino @prensaCOA
Autor del Libro: Jugar en Equipo. Deporte+Educación=Movilidad Social Ascendente

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